Tras la recesión que siguió a la caída del Imperio Romano, el comercio empezó a crecer paulatinamente en Europa durante la Edad Media, especialmente a partir de los siglos XII y XIII. El comercio a larga distancia fue menos peligroso a medida que los comerciantes creaban asociaciones para protegerse durante los largos viajes. Las principales rutas comerciales de larga distancia ponían en contacto el Báltico y el Mediterráneo oriental con el centro y norte de Europa.
De los bosques del Báltico provenían materias primas, madera, alquitrán y pieles. Del este provenían bienes de lujo; especias, joyas y productos textiles. A cambio de estos bienes, Europa Occidental exportaba materias primas y bienes manufacturados. Los Ingleses vendían prendas de lana, los holandeses arenques salados, en España se producía lana, Francia exportaba sal; el sur de Europa también destacaba por sus vinos, sus frutas y su aceite. Las ciudades italianas y alemanas que cubrían estas rutas promovían y financiaban el comercio. No obstante, durante la edad media, el comercio entre Europa y Asia era escaso, porque el verdadero transporte terrestre era caro y los bienes de Europa no tenían valor suficiente para exportarlos al Este.
Al ser descubierta América, España hizo valer su posición dominante conquistando las tierras del nuevo mundo para así aprovechar los muchísimos recursos naturales provenientes de los territorios conquistados.
De los bosques del Báltico provenían materias primas, madera, alquitrán y pieles. Del este provenían bienes de lujo; especias, joyas y productos textiles. A cambio de estos bienes, Europa Occidental exportaba materias primas y bienes manufacturados. Los Ingleses vendían prendas de lana, los holandeses arenques salados, en España se producía lana, Francia exportaba sal; el sur de Europa también destacaba por sus vinos, sus frutas y su aceite. Las ciudades italianas y alemanas que cubrían estas rutas promovían y financiaban el comercio. No obstante, durante la edad media, el comercio entre Europa y Asia era escaso, porque el verdadero transporte terrestre era caro y los bienes de Europa no tenían valor suficiente para exportarlos al Este.
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